17 julio, 2012

Su posición favorita

Fíjate en su fisiología para conocer sus postura favoritas, te presentamos las cuatro:

RECTÁNGULO:
46,12% de las mujeres

Muchas mujeres gozan de un cuerpo esbelto, con unas caderas prácticamente del mismo tamaño que el contorno del busto.

Psicología: Las mujeres con cuerpos recios no se toman el ejercicio a la ligera. Son atléticas y tienen una gran capacidad para cualquier deporte, así que mejor que no la retes, porque igual podría dejarte en ridículo. Sin embargo, sí puedes halagar su energía, porque es algo que valorará positivamente.

Fisiología: Las mujeres atléticas quieren asegurarse de que no te has perdido detalle de su cuerpo. A este tipo de mujeres les encantan aquellas posturas con las que pueden exhibir sus cuerpos.
Posición:
Misionero con impulso      

1) Acuéstate en la postura del misionero, pero con los pies tocando el borde del pie de la cama. Indícale que te rodee con las piernas y balacearos hacia arriba y hacia abajo. Esta posición resulta muy excitante para ambos, pero aún es mejor si se le añade un movimiento extra.

2) Olvídate de la técnica de empuje habitual y utiliza los pies para tomar impulso desde el pie de la cama. Con este movimiento, conseguirás un vaivén más corto y horizontal que te permitirá mantener el contacto con el clítoris y eso le gustará muchísimo.




CUCHARA
20,92% de las mujeres

Su cuerpo tiene forma de pera y sus caderas son, como mínimo, cinco centímetros más anchas que el busto.

Psicología: Este tipo de mujer puede sentirse inhibida debido a la forma de su cuerpo. Dile que los vaqueros le quedan fenomenal. Las mujeres se sienten más positivas cuando se les indica que saben elegir la ropa que les sienta mejor.

Fisiología: Prueba las posturas que la hagan sentir más pequeña. Olvídate de que ella te monte. Por lo general, este tipo de mujer prefiere la combinación de penetración profunda y estimulación del clítoris.

Posición:
Tijeras cerradas

Con bastante frecuencia, las mujeres que tienen este tipo de forma se sienten acomplejadas debido a la parte “más desarrollada” de su cuerpo. Para cerciorarte de que se siente relajada es importante que bajes la intensidad de la luz.

Deslízate hasta conseguir la postura de tijeras: ambos acostados de lado, formando un ángulo recto con las piernas entrelazadas.

Sujeta su mano derecha con tu mano izquierda y utiliza la mano que tienes libre para estimularle el clítoris.







TRIANGULO INVERTIDO
13,62% de las mujeres

Son mujeres cuyo busto es más de 7,5 centímetros mayor que las caderas.

Psicología: Hasta que la relación sea estable, evita hablar de pechos. Halágala de manera indirecta e indícale que el bikini le sienta de maravilla, en vez de decirle que tiene un buen par de tetas.

Fisiología: Estas mujeres están superorgullosas de dos partes de su cuerpo. Están muy satisfechas de sus pechos y les fascinan sus delgadísimas piernas, por lo que debes elegir una postura en la que dichas partes sean las protagonistas principales.

Posición:
Posición vertical con impulso de piernas

Colócate al pie de la cama y dobla sus piernas hasta que alcancen un ángulo recto con su vientre, con las rodillas por encima de la altura de los codos. De esta manera, disfrutarás y te excitarás contemplando sus pechos y podrás prestar atención a sus piernas.

Una vez que la hayas penetrado, echa la espalda hacia atrás. Este movimiento impulsará tus caderas hacia delante y la levantarás, estimulando y excitando su punto G.





CURVILÍNEA
8,4% de las mujeres

Menos del 10% de las mujeres tienen el mismo contorno de busto que de caderas.

Psicología: Aquellas mujeres que se sienten seguras de su cuerpo son más conscientes de que tienen muy buen tipo y saben potenciar al máximo sus puntos fuertes, mediante la forma de andar o la manera de vestir.

Fisiología: La penetración anal es la que da más placer a las mujeres con formas curvilíneas porque les encanta que las sujeten por la cintura. De todas formas, tienes que estar convencido de que le apetece.

Posición:
El perrito con almohada

Coloca una almohada debajo de su pecho. De esta manera conseguirás aliviar las posibles molestias que puedes causar al aplastar sus pechos y le resultará más fácil levantar o bajar su espalda, cambiando el ángulo del movimiento.

Por lo general, es mejor resistir la tentación de darle un azote en las nalgas. Lo que sí te sugerimos es que utilices la mano que tienes libre para estimular las paredes del clítoris.

Información cortesía de: www.menshealth.es

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