METE PRIMERA:
Para evitar mirones o la visita de la Policía, estaciona el auto en un sitio apartado y empaña los vidrios (lo conseguirás encendiendo la calefacción).
Si tienes un deportivo, el campo de acción se reduce al asiento del copiloto: reclínalo, invítala a acostarse y colócate sobre ella, el resto, ya sabes.
ALTOS VUELOS:
El mejor momento para hacerlo en un avión es justo después del despegue o a los 15 minutos de haber empezado la película, cuando hay menos pasajeros rondando por los pasillos.
Un detalle importante: a la hora de comprar los pasajes, pide los asientos de atrás, los últimos del avión, y cuando no haya moros en la costa (en este caso, aeromozas), pídele a tu chica que vaya al baño. Espera un par de minutos y corre tras ella.
Dado el escaso espacio disponible, resultan más cómodas la estimulación manual u oral que la penetración en este caso.
ATRAPADOS:
En el ascensor, dale al "stop" cuando estés entre dos pisos y mantén pulsado el botón que cierra las puertas. Si estás en forma, la mejor postura es sostenerla en brazos con su espalda contra la pared.
SÚBELA A TU OLA:
Espera a la puesta de sol; no sólo por romanticismo, también porque hay menos curiosos en la playa. Proponle que se acueste bocabajo en la colchoneta y colócate encima sin miedo: "el preservativo es igual de fiable dentro del agua que fuera. Respecto a la lubricación vaginal, si ella está suficientemente excitada, el agua del mar no tiene por qué afectarla"
"El riesgo de ser "pillados" in fraganti añade morbo al encuentro y aumenta la excitación", señala Casaubón.
información cortesía de: www.menshealth.es
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