Ha llegado al mercado un nuevo fármaco para mejorar los problemas de la cama, en concreto los que tienen que ver con la eyaculación precoz. Y a raíz del lanzamiento, se ha empezado a hablar de lo que supone llegar demasiado rapido a la meta.
"Es como un estornudo". Éste es el símil que emplean la mayoría de los hombres que padecen eyaculación precoz para describir sus orgasmos. A nadie le gusta estornudar y a todos nos gusta tener orgasmos, así que algo no funciona en esta ecuación. Sin embargo, la comparación es muy útil para entender cómo se siente un hombre en este trance. Un estornudo anuncia su llegada con una serie de síntomas, pero nada se puede hacer para retrasarlo o pararlo. Casi en el mismo momento en que uno sabe que está a punto de estornudar, lo hace. Es rápido y procura un desahogo, pero ninguna sensación semejante a la del placer.
Siguiendo la trayectoria de un estornudo, encontramos los tres puntos que sirven para diagnosticar la eyaculación precoz. El primero es el más conocido: la rapidez. Los médicos tenían que ponerle un tiempo y se decidieron por el minuto. La eyaculación puede producirse durante el coito o, incluso, antes de éste. Son 60 segundos o menos en los que todo se descontrola y que quedan grabados a fuego en la memoria: por vergonzosos, claro. Ten en cuenta que, según sostienen varios estudios, la duración media de un coito ronda los siete minutos.
El tiempo es el factor más lógico para diagnosticar el problema, pero no es el único. Un encuentro rápido no significa que se padezca eyaculación precoz. El problema básico ocurre cuando la rapidez viene acompañada de la sensación de falta de control. Ese momento en el que todo se precipita es el que genera un vertiginoso desamparo. Seguramente, ésa es la sensación más angustiosa de todo el proceso. Y por último, pero no menos importante, está el hecho de que uno no lo ha disfrutado y que cuando piensa en lo ocurrido experimenta cierta angustia. Incluso pensar en la próxima relación sexual puede convertirse en motivo de inquietud.
Evidentemente, es el médico el que debe hacer el diagnóstico, pero para los que quieran saber si tienen que acudir al especialista, en la web www.laeyaculacionprecoz.es proponen un interesante cuestionario sobre el tema.
La eyaculación precoz es uno de esos fantasmas con los que todos tememos encontrarnos. Tanto es así que Priligy, la pastilla de reciente aparición que combate esta disfunción, es el término más consultado en la web en los últimos meses. Con el lanzamiento de este fármaco se ha creado un debate social sobre el tema. Es obvio que hay un interés detrás: cuanta más importancia se le otorgue al problema, más éxito tendrá la pastilla que lo combate. Sin embargo, más allá del marketing, este debate era necesario y ha servido para que este problema que muchos callaban salga del armario. Como ocurrió con la disfunción eréctil, ahora hablará sobre eyaculación precoz hasta el portero de tu oficina. Pero habrá servido para vencer otro tabú y poder hablar de ello con normalidad.
información cortesía de: www.menshealth.es
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